Gianandrea Noseda, recientemente nombrado principal director invitado de la London Symphony Orchestra, reunió a un destacado elenco de estrellas italianas para una espectacular interpretación del Réquiem de Verdi. Originalmente destinado a ser una colaboración de movimientos de compositores italianos para honrar la muerte de Rossini, el Réquiem evolucionó hasta convertirse en un memorial para el escritor y poeta italiano Alessandro Manzoni, a quien Verdi veneraba, y se estrenó el 22 de mayo de 1874 exactamente un año después de la muerte de Manzoni.

La secuencia más compleja y dramática es el "Dies irae" (Día de la ira). El vívido texto del Juicio Final permite que el talento operístico de Verdi florezca en medio del drama y el patetismo. El tema principal estalla en una violenta furia de metales y percusión, mientras el coro ruge un patrón de escala descendente de intimidante catástrofe y miedo. En una pausa momentánea, una sola trompeta de la orquesta abre una sencilla fanfarria, a la que responde en silencio una trompeta de la sala de conciertos. La fanfarria aumenta en intensidad y número hasta que las cuatro trompetas del escenario y las cuatro trompetas de la casa, a menudo dispuestas espacialmente para lograr el máximo efecto, se unen a la orquesta completa para una apertura ardiente de la entrada coral de la "Tuba mirum" (La trompeta sonará). Aunque no era un católico devoto, Verdi estaba influenciado por un profundo sentido del poder superior: combinando sus dotes para lo teatral con su admiración por la gran música litúrgica italiana del pasado, creó una obra maestra apasionada y profundamente conmovedora, amada tanto por los intérpretes como por el público.

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